En general detesto los jardines botánicos, los zoos, las jaulas, las cárceles, todo lo que no pertenece y ha sido forzado a cambiar su entorno.
Me gusta lo autóctono, los animales en libertad, los pájaros en sus nidos y detesto lo contrario.
En Australia me he avergonzado demasiadas veces de sentirme "el hombre blanco", sobretodo cuando fui al museo de Queensland y vi con mis propios ojos la destrucción indecente que habíamos hecho con los aborígenes, su cultura, sus tradiciones echándoles de sus propios territorios para implantar nuestro mundo caótico.
Hoy en día hacen pamemas para hacernos/les creer que son admitidos en el mundo de los blancos, con lo cual, lo único que consiguen es que beban cerveza y se les vea tirados por las calles de Brisbane que es una ciudad en donde la pobreza no existe, ya que el gobierno australiano se porta muy bien con sus ciudadanos.
La cultura aborigen es interesantísima.
He tenido acceso a conciertos de digeridoo, a danzas ancestrales e incluso poseo un cuadro pintado por una mujer blanca que había estado casada con un aborigen.
He leído muchos libros de escritores australianos que hablan en clave aborigen y debo confesar humildemente que su modo de comunicarse es muy difícil de entender para mi ya que se guían por parámetros muy diferentes a los que yo conozco.
Supongo que todos conoceréis a Bruce Chatwin, magnífico escritos de viajes y en su libro Los trazos de la canción, que recomiendo con toda mi alma, comprenderéis los misterios de los aborígenes australianos.
A mi me encanta la naturaleza y detesto lo que el hombre estropea en espacios naturales, pero últimamente estoy muy interesada en jardines botánicos y diseño de jardines.... creo que son zonas acotadas e interpretadas de naturaleza que no entran dentro del capítulo depredador del hombre....
ResponderEliminarYo también empiezo a estar en esa línea, me voy suavizando.
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