ALOE VERA

Hacía tiempo que conocía las excelentes propiedades del Aloe Vera y a veces tenía una botella  en la nevera y bebía de vez en cuando.
También sabía que si me hacía una heridita o una quemadora, con el Aloe Vera se me curaba inmediatamente.

Hace ya unos años me hallaba en un pueblo de Guipuzcoa haciendo un cursillo y recibí la triste noticia de que mi única hermana con quien tenía una relación muy estrecha, había muerto repentinamente.
Intenté aceptarlo y asimilarlo pero pasé la noche en vela llorando y meditando.

Por la mañana, cuando bajaba para desayunar, me encontré con una amigo francés, Jen Louis Ravagnani y mientras le contaba mo de mi hermana  me cai en una escalera de mármol y me rompí el hombro y el pie y me sentí como sin vida, blanca y débil como la muerta.
Mientras preparaban un coche para llevarme al hospital, una amiga de Pamplona me trajo un vasito con un líquido y me dijo: bebe.
En cuanto bebí el Aloe Vera sentí que la vida volvía a mi, recuperé el color y cierta fuerza para poder llegar hasta el hospital en donde me curaron lo mejor que supieron y me volví a mi casa.

Desde entonces siempre tengo plantas de Aloe Vera en la terraza y una botella en la nevera para sentirme limpia por dentro.
Confío plenamente en mos beneficios de esta planta considerada sagrada en la antigüedad.