Yo me dí cuenta de mi sentimiento feminista cuando por primera vez tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de Lidia Falcón y me quedé hipnotizada al ver como ella ponía en palabras mis sentimientos más íntimos, que nunca había expresado, carecía de las herramientas necesarias.
A partir de entonces, seguí a Lidia a través de la televisión y de sus libros ( estos no me interesaron) y me di cuenta que de que yo estaba haciendo una vida que no era la que realmente deseaba.
Así que me solté la melena y poco a poco fui perdiendo esa especie de temor_respeto hacia los hombres que me habían inculcado desde que nací.
Me costó muchísimo soltarme ese lastre tan pesado porque me habían enseñado a agradar al hombre, escucharle, sonreir, permitir que interrumpa mis ocupaciones (sus necesidades siempre eran mucho mas importantes que las mías)...
Cuando cumplí 50 años, en aquel tiempo vivía en Malibu Ca. hice firme promesa de respetarme y en términos generales, puedo reconocer que la he cumplido.
Respecto a mis hijos mi comportamiento es matriarcal, reconozco que les mimo como si fueran mis bebés y ellos se dejan hacer y saben perfectamente que por ellos soy capaz de saltarme mis propias normas.
Lo hago a gusto porque ellos lo aprecian y no se puede pedir que te salgan unos hijos mejores que los mios y eso que no he sido un buen ejemplo, todo lo que saben lo han aprendido solos porque yo me considero incapaz de educar a nadie, solo soy capaz de dales todo mi amor.
Una vez fui a Arte Leku para hacer un seminario de Arte y Feminismo con Beatriz Preciado.
Lo dejé antes de terminar porque mas que el feminismo a mi me interesaba el arte y no me encontraba en mi elemento a pesar de reconocer que Beatriz Preciado es una persona muy documentada con un discurso interesante pero yo no soy feminista militante, simplemente defiendo mi parcela como ser humano y milito en el mensaje de paz de Prem Rawat que es el terreno que me hace feliz.
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