A mi me resulta frustrante presentarme a concursos de arte y no ganar y ni siquiera ser seleccionada.
Solamente una vez gané una medalla de oro y otra vez una mención de honor.
Las demás veces me he vuelto a mi estudio con el cuadro debajo del brazo y las orejas gachas.
Para la persona que gana es una alegría enorme y si la bolsa es potente todavía mejor.
Yo ya no me presento a nada, no me interesa hacer un esfuerzo tremendo, llenar papeles, hacer el envío, la transferencia etc. etc. para arriesgarme a que no solo sirva para nada positivo sino que además me quiten la poca confianza que tengo en mi trabajo.
Prefiero seguir en mi estudio y que las cosas se vayan desarrollando con la vida.
No soy comercial, no sé venderme, me resulta trabajoso enseñar mi obra, prefiero dejarlo en manos de mi galerista y que ella haga lo que le parezca.
Yo no elegí conscientemente ser artista.
Desde que me recuerdo, siempre he sabido que quería ser pintora.
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