Esta serie de mini cartones autográficos consta de lo siguiente:
Los cartones van grapados sobre una tarjeta de 11x 14 hecha a partir de un cartón grande.
Encargué 100 y cuando tengo 13 los meto en unas cajitas encargadas a medida para que encajen perfectamente.
Resulta un objeto dadá, es como una caja de cromos hecha con el rigor que requiere un objeto artístico.
Esta autobiografía sobre cartones que os muestro no es definitiva, ya que constantemente los voy retocando, corrigiendo, deconstruyéndolos, así que aunque aunque se puedan ver en internet, algunos están inacabados.
Es un trabajo tan unido a mi vida cotidiana que no es cronológico ni lo puede ser porque entre los diseños contemporáneos de los productos que utilizo en mi casa, a veces tengo la feliz maravilla de que caiga en mis manos una foto antigua, recuerdos de un pasado tan lejano que parece formar parte de otras vidas.
Es importante ponerse unos guantes para ver mis cartones ya que son de una delicadeza extrama y sobretodo sería trágico que perdieran esa vibración personal que aporta el hecho de que formen parte de mi autobiografía.
Tengo tal cantidad de cartones acumulados, ordenados y desordenados, junto a elementos para fabricar nuevos cartones que de momento no quiero empezar ningún proyecto nuevo hasta que todo lo que está esparcido en mi estudio encuentre su sitio.
Todos los dias dedico un rato al óden y sin embargo, no veo resultados, es como si estuviera construyendo una obra faraónica.
Tampoco puedo pedir ayuda ya que todo es tan personal...
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