Es lo único que se me ocurre cuando se presentan ante mi los milagros que me depara mi destino.
Frank Capra tenía razón además de un gran corazón.
Había un restaurant en Malibu que se llamaba Frank Capra, que pertenecía a la familia Capra y cuando vivíamos allí mi hijo trabajó de busboy durante una temporada.
El cocinero, Klaus, era y es amigo mío, alemán, hacíamos voluntariado juntos en un jardín y me impresionaba su perfeccionismo en el trabajo.
Mi supervisora, Barbara, también es alemana, y allí comprendí el motivo de que los alemanes tengan fama de trabajar muy bien.
Además son civilizados, no hacen el tonto, respetan a los seres humanos, hacen que te sientas adulta.
Cuando trabajo con españoles no me siento bien. No me gusta que me tomen el pelo.
Yo soy de ascendencia germánica y he recibido una educación muy estricta en la que la puntualidad, la disciplina, la responsabilidad y el cumplimiento de la palabra dada, forman parte de un comportamiento correcto.
Yo he pasado por varias fases en mi vida y a veces he renegado de tanta formalidad, pero agradezco que me hayan enseñado a comportarme con dignidad y a intentar respetar a los demás.
Este video en un compendio de diversas etapas de mi vida, lo que en California llamarían
music: Sombras Blanca Rosa Gil
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