Algunos refranes pueden estar equivocados, pero puedo asegurar con toda la fuerza de mi experiencia que ese que reza: ¡que me quiten lo bailao! tiene toda la razón.
Durante años estuve viajando por el mundo siguiendo a Prem Rawat, me gasté una herencia, mi madre se ponía furiosa, yo vivía en pleno jet lag y ¡qué contenta estoy de haberlo hecho!
Ha sido la mejor manera de invertir mi tiempo y mi dinero.
Hoy en día me quedo en mi casita tranquilita con la pierna estirada y veo los programas en el ordenador casi en vivo y en directo.
No necesito ni quiero ni puedo hacer maletas, esperar en aeropuertos, encontrarme en aviones rodeada de chinos que no me miran a la cara, dormir en hoteles diferentes cada noche, maltratar a mi pobre estómago cambiándole sus hábitos alimenticios...
Estoy tan contenta de haber hecho todos los viajes que quise y de haber disfrutado tantísimo de escuchar a Prem Rawat en vivo y sentir esa atmósfera especial que se crea en los eventos...
He estado varias veces en Alemania, antes y después de haber recibido las técnicas del conocimiento y la diferencia es abismal.
Yo no he perdido el interés por las cosas de este mundo, sigo visitando los museos con el mismo entusiasmo y tratando de encontrar los restaurantes típicos, pero que el propósito de mi viaje sea ver a
Prem Rawat da la vuelta al guante:
He encontrado la horma de mi zapato.
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