Una de las cosas mas importantes y prácticas que me ha enseñado Prem Rawat es aceptar la vida como viene.
Hasta tal punto la acepto que por nada del mundo hubiera ido a Amaroo.
Todas las veces que he estado en Australia he sido muy feliz, lo que se siente allí es imposible sentirlo en otro sitio, sin embargo, hoy en dia, tal y como me encuentro, estoy mucho mejor en mi casita, cuidando mis quemaduras, mi pierna y un cansancio que arrastro desde la prehistoria.
Me encanta no tener jet lag, dormir en mi cama, no pasarme cientos de horas en el aeropuerto de Singapur que lo tengo mas visto que el tebeo, enfín, que adoro que haya habido ese maravilloso evento que dentro de poco lo veré en mi ordenador desde el cómodo sofá de mi estudio rodeada de amigos que vibrarán conmigo en la misma frecuencia escuchando las palabras del maestro.
Australia en si tiene mucho encanto y los australianos también, no son arrogantes.
Tratan de ayudar al forastero y no tienen pretensiones.
Se come bien, los productos son excelentes y tienen mucha influencia japonesa, ya que está bastante cerca.
Las ciudades son muy agradables y se puede encontrar lo mejor de Europa.
Los museos son espléndidos pero todavía no tienen solera, sin embargo, es en el GOMA en el único sitio donde he visto la obra de Fluxus que me dejó atónita.
music: No. 8 In F Sharp Minor, Molto Agitato Chopin Preludes
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