Nos hicimos amigos tontamente y hacíamos planes con mi hijo el pequeño a quien le encantaba el Rover de Jamal.
Yo no tenía coche en aquellos tiempos y él nos llevaba y mantuvimos una relación encantadora.
Jamal era muy culto, muy educado, vivía en una buhardilla preciosa, arreglada por él mismo con un gusto exquisito y cuando se iba de vacaciones me dejaba las llaves para que le regara las plantas.
Pasaron los años, la vida nos separó y nos volvimos a encontrar en FB antes de todo lo que empezó a pasar en Libia.
Jamal ahora está casado, tiene tres hijos y han estado escondidos sin atreverse a salir de casa durante varios meses.
Yo estaba preocupada, le escribía de vez en cuando pero no recibía respuesta y por fin hoy ha sido el gran día, todo está empezando a ponerse en su sitio, Jamal sigue en Trípoli y lo peor ya ha pasado.
amal Mohamed Aljadid Aupa Blanca, Cuando el hombre pasa la barrera de miedo e ignorancia ,todo es posible ..es lo que sucedio con los Libios , ya nada ni nadie les pudia parar hasta lograr su libertad y recuperar su dignidad ,su humanidad y su derecho de vivir en paz , ni el mismismo diablo que Gadafi buscaba su alianza podria obstacularles . Agur .
Excepcional!Blanca,lindos recuerdos! Una historia amorosa la que haz contado! Un abrazo!
ResponderEliminaramal Mohamed Aljadid
ResponderEliminarAupa Blanca,
Cuando el hombre pasa la barrera de miedo e ignorancia ,todo es posible ..es lo que sucedio con los Libios , ya nada ni nadie les pudia parar hasta lograr su libertad y recuperar su dignidad ,su humanidad y su derecho de vivir en paz , ni el mismismo diablo que Gadafi buscaba su alianza podria obstacularles .
Agur .