viernes, octubre 21, 2011

EL MERCADO DE CRUCES













Yo me conozco, me acepto me perdono e incluso me apruebo.
A pesar de tener una edad que me obliga a usar mi sentido común, la ilusión que me produce una buena noticia me incita a cometer disparates que luego pasan factura, pero como sarna con gusto no pica, pago la factura sin quejarme.

Algo así me sucedió el miércoles pasado cuando llegué a Cruces empapada para mi cita con al traumatólogo.
Iñigo, el doctor Martín Egaña, es joven, guapo y encantador, pero todos sus encantos desaparecen cuando me dice que me va a volver a operar.
Pero el miércoles pasado sucedió lo contrario: mi fémur se está soldando para sorpresa de alopáticos, que no para mi, ya que Lee me lo había confirmado.
Tan asombrado estaba el doctor Martín Egaña, que llamó al jefe del equipo a quien ya conocía de verle en el quirófano ¡vaya lugar de encuentro para hacer vida social! y sonriendo me dijo: "Blanca, si sigues así te libras de la operación" (sic).

Yo, calladita y discreta, me cuido muy mucho de decirles que los jueves hago mis escapadas castreñas en donde Lee con sus agujas consigue que mis meridianos se desatasquen y fluya la energía con alegría.
Añade a esto el calor del Photon Platino y mientras tanto los que tratan mi encantador fémur como si de chatarra se tratara, se quedan supersatisfechos de lo bien que reacciono ante los medicamentos químicos cuyas recetas van directamente a la basura.

Pues bien, salí tan contenta, que a pesar de la intensa lluvia, frio y humedad, me metí en el mercado de Cruces para filmar, como premio a mi buen comportamiento femural.

Así que llevo varios dias sin salir de casa, congestionada, con dolor de garganta, mocosa y encantada, tomando zumos de mandarina orgánica valenciana recién cogidas del árbol.















2 comentarios:

  1. La enfermedad y el dolor nos dejan tan vulnerables como a un molusco sin concha, pero unas décimas de fiebre, elevan a cotas sublimes la música que hacía tiempo no escuchábamos, o el libro pendiente de leer y que en ese forzado descanso recuperamos.

    ResponderEliminar
  2. @Natalia: estás describiendo la experiencia de mi momento.

    ResponderEliminar