No es la zoofilia ni el bestialismo el tema en el que voy a profundizar, sino la analogía que contó
Prem Rawat hace tiempo para mostrarnos de una manera asequible a nuestros pequeños cerebros todo lo que nos perdemos debido a nuestra terquedad y orgullo.
A menudo Prem Rawat se expresa a través de analogías para hacernos mas asequible el conocimiento tan simple y complicado que nos quieres enseñar para que podamos, en alguna medida, acercarnos al entendimiento desde nuestros limitados parámetros.
Pues bien, ahora empieza el cuento:
Había un hombre en el desierto que vivía con su camello en una tienda cerca de un oasis y su trabajo consistía en ayudar a la gente que caía por allí de vez en cuando para lavarse, aprovisionarse de agua y dar de beber a sus camellos.
Nuestro hombre era un experto, había vivido toda su vida en el desierto, por lo que conocía todos los secretos que el desierto alberga para los viajeros.
Su vida era solitaria ya que su única compañía era el camello por lo que a veces sus apetitos sexuales se hacían irresitibles y trataba de resolverlos con el camello, lo cual resultaba imposible porque el camello no aguantaba estar en esa postura tan incómoda para él y se movía para encontrarse cómodo.
Un día cualquiera, nuestro hombre encontró una persona tirada en la arena, quemada, desfigurada y a punto de morir.
La llevó a su tienda, la curó con ungüentos especiales que solo los hombres del desierto saben preparar y poco a poco, con mucha paciencia y atenciones extremas, apareció el rostro de una mujer bellísima que se había curado completamente gracias a los cuidados del hombre del desierto.
Agradecida la mujer al hombre que le había salvado la vida, le dijo :
"Te estoy tan agradecida por haberme salvado la vida, que me gustaría complacerte.
Para mi será un placer hacer lo que me pidas, todo lo que desees lo haré con sumo gusto".
El hombre del desierto no se lo podía creer.
Por fin llegaba la solución a su máximo problema, así que ni corto ni perezoso, aprovechó la ocasión y le dijo:
"Sujétame al camello"
Esta sencilla historia me hizo comprender lo conformistas que somos los seres humanos.
Con qué poco nos conformamos.
Alguien viene, nos ofrece el cielo en la tierra y nosotros preferimos quedarnos en nuestra pequeña ratonera, sin ni siquiera abrir la persianas para ver lo que hay mas allá.
Soy Carmen.Impresionante Charlotte Rampling, mujer bella y mito erótico para hombres y mujeres y con ojos de mirada felina.Irrepetible en "Portero de noche".Y a mí se me parece un montón a tí de joven.¿Sabías que es de tu quinta?
ResponderEliminarDE acuerdo en todo menos en lo de que se parece a mi, yo no lo sabía pero ahora que lo dices........
ResponderEliminarEs de mi edad y como yo, no se ha retocado.
Yo creo que hay que ser valiente para llevar con dignidad el paso del tiempo escrito en nuestra biología.