viernes, febrero 24, 2012

JARDINES DE KYOTO














Yo intento vivir en la consciencia del presente, lo intento con todo mi esfuerzo y cuando me distraigo vuelvo al presente; eso se llama zen.
Todo se puede vivir de manera zen, desde trabajando en un basurero hasta en un jardín seco (zen) de Kyoto, pero el hecho de ser zen, vivir zen se encuentra en mi actitud ante la vida.

Reconozco que los jardines secos de KYOTO marcaron en mi una impronta que luego conseguí llevar a cabo cuando voluntariamente trabajaba de jardinera en Malibu y en Australia.

La diferencia era inmensa porque mis jardines no eran precisamente jardines zen sino terrenos que requerían esfuerzos de "beautification" en Australia y de jardinería con riesgo de cascabeles ( se me enfrentó una sacándome la lengua y me quedé petrificada, creo que mi actitud zen impidió lo que podía haber sido una picadura cuyo veneno habría sido difícil de extraer) en Malibu, pero yo para entonces ya tenía el zen en mi ser y eso va conmigo a todas partes.
Gracias a Dios en Amaroo no tuve problemas con los reptiles porque los de allí si te meten el veneno te matan: sin solución.

Siguiendo con el zen, es algo tan sencillo que a lo mejor yo me creo que soy zen y todavía no me he enterado pero hago mis esfuerzos para conseeguiro y como dice mi maestro:
"la dignidad está en el esfuerzo" (sic).

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