Se humedecen mis ojos con solo pensar en Rothko, en su obra en su vida en su falta de seguridad en si mismo en la vida que algunos artistas, desesperados por la falta de reconocimiento propio y ajeno, terminan por quitarse la vida.
Me siento cerca de todos ellos porque yo, que nací siendo alegre, poco a poco las heridas que el entorno infringia a mi sensibilidad, me obligó a tomar una postura de defensa sin ataque, quizás en aquel momento no comprendí que era un asunto de vida o muerte y cometí el error de empezar a autodestruirme poco a poco, incapaz de lidiar con la brutalidad ambiental.
Gracias a Prem Rawat que me sacó del abismo, hoy vivo feliz y contenta, trabajando y disfrutando sin esperar nada a cambio excepto la satisfacción que me produce mi tarea cotidiana.
La primera vez que me vi rodeada de Rothkos fue hace muchos años en la Tate Gallery, casi a oscuras y empecé a llorar y a sentir como mi espíritu se elevaba hasta llegar a tocar el cielo con el sentimiento.
La emoción que me embargaba no pertenecía a este mundo, era puro espíritu, la expresión pictórica de la emoción divina.
Luego llevaron los cuadros a la Tate Modern en donde es reverenciado como se lo merece.
También expusieron algunos de sus escasos cuadros (no pintó demasiados) en el Guggenheiem de Bilbao, y a pesar de que estaban colocados con respeto, se notaba que no se sentían a gusto en ese entorno demasiado grande y tan separados.
Rothko necesita un ambiente monacal en donde haya reinado el silencio durante mucho tiempo para poder ser apreciado en profundidad.
Soy Carmen. Estoy convencida de que los artistas tenéis una sensibilidad tan especial que os hace apreciar, sentir y sufrir mucho más que al resto de los mediocres, entre los cual me encuentro. Deduzco que para algunas cosas nos viene mejor ser así aunque yo siempre admiraré y echaré en falta vuestra sensibilidad.
ResponderEliminarNo noto yo que tu carezcas de nada.
ResponderEliminarhas dedicado tu vida a la enseñanza y enseñar al que no sabe es como curar al herido, ambos temas de alto nivel.
Gracias Blanca, lo malo es cuando nos encontramos con alumnos que no quieren aprender, ahí es cuando los profesores tocamos todas las teclas de la motivación pero no siempre atinamos con la adecuada y nos sentimos fracasados. El alto índice de fracaso escolar habla por sí solo de este problema y yo no puedo mirar a otro lado porque me siento parte implicada.
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