On Kawara es un artista fascinante, misterioso y quizás tramposo en el sentido Oteiziano de la palabra.
Ni siquiera se sabe si es él mismo quien pinta sus cuadros (leamos con detenimiento la carta con la que concluye el video)
La copia, el plagio, apropiarse de ideas ajenas, no revelar las fuentes y demás trapicheos han tenido lugar en el mundo del arte desde que se comenzó a apreciar como tal individualmente.
A mi me han copiado muchísimo, no es difícil, mi trabajo es transparente y yo soy la primera que cuento el proceso.
No me importa, casi me halaga.
No tengo falta de ideas y además mi confianza en las musas de la inspiración es muy sólida, siempre vienen a mi cuando las necesito.
Precisamente en los momentos en los que no hay nada de nada es cuando yo me crezco y la creatividad me viene con una fuerza que me desborda. Ahí es cuando realmente me siento útil.
Por ejemplo yo en Marbella, solo he estado un ratito un par de veces, me debilito.
Yo allí no pinto nada, no me necesitan.
Me gusta sentirme útil.
Tengo buenas ideas para poner en marcha los proyectos y en cuanto empiezan a funcionar me dejan de interesar, dejo a otros que los trabajen.
Yo no conocía a On Kowara, ha sido Yoko Ono quien me lo ha presentado a través de twitter y le estoy muy agradecida porque estoy aprendiendo muchísimo con él.
La cultura japonesa me atrae; yo soy una aldeanita del pais de los vascos, pero tengo una capacidad inmensa para apreciar el refinamiento.
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