martes, agosto 21, 2012

Eva Hesse











Eva Hesse



El trabajo de un artista está tan relacionado con la evolución completa del ser que ninguna de sus partes puede verse por separado.

A menudo ocurre que la fama llega demasiado pronto y en esos casos es difícil mantener la humildad.

Cuando leo las entrevistas que hacen a Richard Serra, a sir Norman Foster, a Tapies y a otros de esos que no han nacido ayer, me llegan al corazón por la humildad con la que hablan de su trabajo y de la vida.

A veces veo la obra de artistas jóvenes que me impresionan pero al conocerles se me caen del pedestal porque detesto la petulancia que a veces genera el mundo del arte (me refiero a todos: comisarios, galeristas, críticos, entendidos, coleccionistas, aficionados...)

Por experiencia propia sé que ser artista exige una dedicación total y una humildad monacal y la inspiración y el talento son regalos que deben ser reconocidos y apreciados con agradecimiento.

5 comentarios:

  1. Soy Carmen. Yo no soy artista pero entiendo de humildad, es uno de los valores que me inculcaron mis padres, que eran dos personas de aldea y sin estudios pero con arraigados principios, supongo que heredados de sus ancestros que sería lo único que poseían de valor. Si algún día peligrase mi humildad bastaría con darme una vuelta por el desván de casa de mis padres y contemplar mi primera mesilla de noche hecha por ellos: mi padre acondicionó a tal fin una caja de madera y mi madre la recubrió con una tela estampada de vivos colores rematada con unas puntillas baratas. Hortera en grado sumo, pero que me pone los pies en la tierra cada vez que la veo.

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  2. Estoy de acuerdo contigo.
    La humildad es el gran secreto que nos ayuda aceptar y agradecer la vida.
    Yo tengo que trabajar mucho en ese terreno.

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  3. Pues ya que hablas de agradecer, Blanca,...ese es otro de los valores que me grabaron a fuego mis padres. Y por eso se me llenan los ojos de lágrimas cuando recuerdo ciertos detalles que marcaron mi vida: el del vecino de mi pueblo,Emilio, que se levantaba muy temprano para encender las luces de su bar e iluminarme el oscuro camino que tenía que recorrer yo para coger un tren que me llevaba al pueblo de al lado a estudiar el bachillerato. O el de la señora Elena (en cuya casa paraba yo, gratis, a comer el bocadillo que me preparaba mi madre) que siempre me daba un plato de sopa caliente para soportar mejor los rigores del crudo invierno de la Galicia del interior. ¿Como no voy a estarles agradecida eternamente?¡Que Dios los tenga en la gloria a los dos!

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  4. Es precioso lo que me cuentas y es maravilloso que los tengas presente.
    Ya sabes lo que dicen: "de gente bien nacida es el ser agradecida"
    Se ha muerto el marido de una hermana de la madre de Totola. El 2º.
    Han ido a Avila al entierro y después a Madrid, no paran.

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  5. ¿Y la madre de Totola también se mueve de un lado a otro sin problemas? Pues tiene su mérito porque ya tiene una edad considerable. La última vez que la ví fue en Figueroa, hará unos 5 o 6 años y estaba increíble; el paso del tiempo no perdona a nadie pero hay personas que envejecen estupendamente. La marquesa es una de ellas. Claro que la que tuvo retuvo y por algo, en su juventud, los estudiantes de Santiago corrían detrás de ella para verla pasar...¡Tenía un cuerpo precioso y unos ojazos verdes impresionantes!

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