HABLANDO CON PIZCA

Pizca Riviere es mi amiga del alma, mi soul mate, mi compañera de fatigas desde hace 45 años exactamente.
Fue un encuentro a través de los que, a la sazón eran nuestros maridos e inmediatamente ambas sentimos que teníamos tantas cosas en común que íbamos a necesitar toda la vida para compartirlas.
Era como vivir al alimón.

Parecía que todo a nuestro alrededor estaba orquestado para ayudarnos.

Y la guinda final, que resultó ser el principio de la real amistad, la puso el hecho de que ambas conocimos a Prem Rawat al mismo tiempo, con la diferencia de que Pizca, que no tomaba drogas y tenía la cabeza clara y el corazón sediento, se dio cuenta inmediatamente de que eso era lo que había estado buscando toda su vida dando mas vueltas que un tiovivo, así que ni corta ni perezosa, dijo:

 "por favor, quisiera que me revelen el conocimiento."

Durante ese tiempo y después con mas razón, ella me hablaba y yo no le entendía pero notaba que ella sabía cosas importantes de las que yo nunca había oído hablar; sin embargo, yo, embotada la cabeza con tanto hachis, seguía mi camino hacía la oscuridad, viendo claramente que Pizca se dirigía a la luz.

Pasó el tiempo y cuando yo toqué fondo, Pizca me dijo que se iba a París para ver a Prem Rawat.
Yo le pregunté:

"¿tu crees que Maharaji puede ayudarme?"

A la que ella, sin titubear, respondió:

"Es la única persona en este planeta que te puede ayudar" (sic)

Mi respuesta fue tajante:

"Apúntame a ese viaje por favor"

Y ahí empezó la segunda oportunidad que me ofreció la vida para sentirme en paz.

Nunca podré agradecerle lo suficiente a Pizca lo que hizo por mi y a Prem Rawat mas todavía ya que me sacó de un pozo en el que por mas que lo había intentado no había conseguido salir.