Quise crear objetos con mis cartones y se me ocurrió unirnos con pan de plata.
Me metí en un berenjenal, pues a pesar de queya había trabajado en la serie de las vírgenes con pan de oro, es una técnica muy delicada y necesita un espacio adecuado solo para ese trabajo ya que desprende olores y trocitos de oro o plata por todas partes.
Es tan sutil que inclusi haciéndolo con mucho cuidado resulta difícil de dominar.
Yo no pretendía hacerlo con demasiado cuidado sino simplemente servirme de la técnica para poder unir los cartones de una manera bruta pero con cierto encanto.
Luego los guardé en un paquete de tela negra y no los he vuelto a mirar.
Como ya os he contado en algunas ocasiones, las cosas del arte van despacio y las uniones de pan de plata no estoy segura de que funcionen, así que los tengo es stand by de momento.
Teniendo una encuadernadora tan creativa y eficiente como Maite Sota (yo creo que es la mejor del mundo) ya solo me preocupo de hacer y corregir cartones.
No hago nuevos porque los que tengo piden cambios a gritos y un día y otro vuelvo y veo como van encontrando sus espacios dentro del entorno.
En BBAA no me enseñaron a trabajar con pan de oro, pero tengo un amigo que lo domina, un gran artista, Gonzalo López Pelegrin, que con generosidad y paciencia me reveló la técnica pura para este trabajo que viene de la antigüedad.
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